miércoles, 18 de mayo de 2011

El pricipio del principio

Abro los ojos y descubro cuanto tiempo los he tenido cerrados. Abro la boca y compruebo cuanto tiempo hace que no hablaba. Mis sentidos, antes atrofiados, captan sensaciones y emociones hasta ahora desconocidas. Me horrorizan. Me conmueven. Me indignan. Hay más personas como yo a mi lado. Nos miramos. Nos hablamos. Nos oímos. Descubro nuevos conceptos, compruebo que no solo a mí me escandaliza lo que veo, lo que oigo. ¿Cómo he podido estar en un sitio como éste durante tanto tiempo sin darme cuenta? Veo dos grandes dragones acercarse hacia nosotros. Nos miran con indiferencia. Nos sonríen con desprecio. Se burlan de nosotros. ¿Son los responsables de todo este caos? A sus lados, puedo ver cientos de dragones pequeños, horrorizados, pidiéndonos ayuda. Están condenados como nosotros, a la eterna servidumbre, a intentar cambiar las cosas pero, por desgracia, pertenecer a la misma especie. ¿Se considera traición el atacar a alguien de tu misma especie? ¿Canibalismo también? Alguien nos reúne. Hablamos. Decidimos. Actuamos. Con armas rudimentarias atacamos a los grandes dragones sin hacerles daño. Nos pegan un zarpazo. Nos hieren. Nos levantamos. Se acercan más como nosotros. Armados. Gritando. Atacamos todos juntos. Los dragones retroceden, pero nos contraatacan con indiferencia. Con silencio. La frustración nos invade. De repente, los pequeños dragones se nos unen. Dentelladas. Zarpazos. Las heridas son graves. Los grandes dragones. Sangran. Gritan. Piden ayuda. Ya somos todos los que atacamos. La victoria es inminente. ¿Qué está pasando? ¿Es real lo que estoy viendo? Los pequeños dragones nos sonríen. Nos incitan a dar la estocada final. Pero… Hay algo en sus miradas que no me gusta. Desconfió. No me lo pienso. Nos organizo. Atacamos a los dragones pequeños. Los destruimos sin piedad. Algún día hubiesen sido grandes dragones. Nos piden ayuda. Nos imploran. Gritan. Los ignoramos. Les sonreímos con indiferencia. Los dragones, dragones son, por muy pequeños que sean. Jamás apoyaré a ninguno.